jueves, 11 de diciembre de 2008

Viviendas y amigos


Si tuviéramos un verdadero amigo heroinómano cuya familia estuviera intentando, por todos los medios a su alcance, que abandonase el caballo y le viéramos tendido en el suelo con un terrible ataque de "mono", ¿qué haríamos?.

¿Le ayudaríamos facilitándole la compra de droga que le aliviase el terrible "mono"?.

Seguro que la contestación de cualquiera es que no, que mejor le dejamos que con el tiempo se le pase el "mono", porque eso es algo que tiene que pasar como el duelo después de la pérdida de un ser querido. No puede evitarse, es parte del proceso de curación, hay que pasar por ello pero cuando desaparece el síndrome de abstinencia, la curación está próxima.

Pues bien, el FMI nos está diciendo que paremos de ayudar a empresarios amigos otorgándoles la construcción de viviendas de protección oficial. Nos dice que existe un enorme "stock" de vivienda sin vender que no debe aumentarse más con viviendas que a su terminación engrosarán este capítulo.

Nos está diciendo que no hay solución, que no se trata de dar caballo al "yonqui" porque eso no le ayuda de verdad sino que tan solo alivia un dolor instantáneo, pero agrava los problemas de su familia.

La construcción de viviendas debe permanecer parada los próximos tres, cuatro o cinco años. Es inevitable y cuando se reactive no podrá ser como el espejismo en el que se vivió.

No se pueden evitar los procesos concursales, la ruina de muchos empresarios, el consiguiente fuerte incremento del paro en este sector así como el problema con la emigración asociada. Más aún, si se intentan evitar estos efectos colaterales del ajuste nos llevarán a todos a la ruina. Es terrible pero si el precio tiene que bajar un 40 o 50%, se quiera o no se quiera lo acabará haciendo.

Lo que deben hacer todos los gobiernos (las CC.AA. están también cometiendo estos mismos errores) es gastar sus energías, y el dinero de todos, no en rescatar a los zombies que caminan sin saber que están muertos, bien del sector de la construcción o del sector financiero, sino en asegurarse que otras iniciativas empresariales más "sostenibles" ponen las bases de nuestra economía futura.

Un país no puede, no debe y no lo hará, basar su economía en los sectores de la construcción y el turismo. Señores, si así hacemos lo de ser la octava potencia económica del mundo será una completa falacia.

El tejido industrial de Italia o de Francia, no digamos de Alemania o el Reino Unido, no tienen nada que ver con esto. Estuvimos viviendo en un espejismo y si no ponemos los medios nuestra gran depresión (mucho mayor que la de nuestros vecinos como nos muestran las cifras del paro) nos llevará a ser la décimo octava potencia del mundo, eso si sin "recortar" gastos sociales.

¿A quién quieren engañar?. Hay que decir la verdad, el seguro de desempleo hay que recortarlo y el PER también, en caso contrario, arruinaremos al Estado y nos tragará un agujero negro, el de la estupidez.