miércoles, 14 de enero de 2009

Fasten your seat belts


La noticia de que Lukoil finalmente no entra en Repsol comprando a Sacyr su participación es natural pero no por ello menos dramática. Sin esa operación no hay forma de reducir el apalancamiento del monstruo Sacyr y la suspensión de pagos puede llegar a ser inevitable.

Los bancos del sindicato que financió la compra saben que con llamadas de margen aceleran la suspensión de pagos, eso no les interesa ya que tienen la esperanza de que el precio de Repsol se recupere en bolsa y su garantía mejore. Mientras tanto quieren que se les pague los intereses pero no quieren tomar posesión de las acciones de Repsol.

El problema es que ahora se ha recibido el pago del dividendo de Repsol y sin tomar posesión de las acciones ese dividendo es de Sacyr que tiene muchos agujeros que tapar, no solo el de este crédito sindicado. Más aun, consciente de que el sindicato no puede tomar posesión por su propio interés Sacyr probablemente tenga más interés en cubrir otros agujeros que en pagar intereses a los bancos de este sindicato.

De este modo, los bancos del sindicato que financió la operación de Repsol se encuentran entre la espada y la pared. Si ejecutan sus garantías se van a ver obligados a provisionar las gigantescas minusvalías de la cartera y si no ejecutan van a ver como el dividendo de Repsol se administra de forma que otros también comen de allí.

Tras la noticia del posible "downgrading" del Tesoro español por Standard & Poor's, con el alcance que eso tiene, ZP debe haber aprendido (la letra con sangre entra) que como le decía Solves los límites de la apelación constante a la deuda pública no son simplemente los marcados por el pacto de estabilidad de los doce, sino que el verdadero límite viene dado por el consecuente empeoramiento del riesgo España para los inversores y el aumento de coste consecuente. Por este motivo, el Estado, en la coyuntura actual, no está para comprarle a Sacyr su paquete de Repsol.

Lo más que puede hacer ZP por Sacyr es seguir adjudicándole obra pública a diestro y siniestro, pero incluso eso tiene el límite de que los competidores podrían apelar en los Tribunales adjudicaciones irregulares de licitaciones públicas.

Queramos o no, Sacyr lo tiene crudo y difícil. Los conflictos de intereses entre las diferentes clases de acreedores acaban siempre forzando procedimientos concursales. La única forma de evitarlo sería que todos los bancos financiadores de los diferentes sindicatos se sentaran juntos para encontrar la fórmula mágica.

Fórmula mágica que, como siempre, pasa por un significativa quita o capitalización de deuda que diluya casi en su totalidad a los accionistas actuales de Sacyr, para permitir que el flujo de caja generado por Sacyr de sus operaciones ordinarias sea suficiente para servir la deuda remanente. Pensar en que alguien va a venir a pagar por el paquete de Repsol el doble de su valor de mercado es creer en los Reyes Magos.

Aun creyendo en los Reyes Magos, cuando vienen tienen que, democráticamente, repartir juguetes a todos los niños, no solo a los enchufados. Los accionistas minoritarios de Repsol también tienen derecho a que se les ofrezca comprar sus acciones a esos precios artificiales.

Si, como se rumorea, ZP y Sarkozy acordaron la entrada de Total en Repsol, tendrá que ser lanzando al mismo precio una OPA sobre la "Totalidad" o estando dispuesta a meterse en un lío de mil diablos con la oposición del PP que es al final el cercano ideológicamente a Sarkozy.

Para ZP un fracaso en esta operación sería solo uno más, tal vez acabe entrando en el Guinness Book of Records como el Presidente que más idioteces ha hecho en dos mandatos. Incluso esto lo tiene difícil ya que a Bush es imposible superarlo.

Veremos

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