viernes, 22 de agosto de 2008

La envidia en la política


Tengo mucho respeto por el actual Alcalde de Madrid, simpatizo por el en esa pugna que le ha tocado mantener contra la ambición con "pies de barro" de Aguirre.

Alberto Ruiz Gallardón tiene una trayectoria política de la que puede y debe sentirse muy orgulloso, a su lado Aguirre es una advenediza que le profesa una envidia inconfesable, la envidia de Salieri hacia Mozart. Aguirre sabe que su verborrea y "dribling" en corto junto con la manipulación de "su" Telemadrid, no pueden competir con la dialéctica y el talento que proyecta el Alcalde.

Aguirre sufre en silencio cada vez que se reafirma a Gallardón como el lider político más valorado. Sabe que si alguna vez el partido tiene que elegir un candidato distinto de Rajoy para las elecciones generales, será, sin duda, aquel que esté más valorado por la opinión publica porque es el que aporta mayores posibilidades de triunfo. Si el PP prefiriese a Aguirre sobre Galladón estaría cometiendo un suicidio. Los partidos no se suicidan.

Solo recientemente los demonios de la paranoia de Aguirre se están trasladando, puede que se hayan trasladado ya por completo, de Gallardón a Cospedal.

El nombramiento de Cospedal como Secretaria General del PP fue un golpe maestro de Rajoy. De que era necesario el cambio, era, a decir verdad...... era imprescindible. La generación que tocó poder con Aznar no era recuperable, se necesitaban caras nuevas y.... ahí estaba Cospedal.

Cospedal es una mujer moderna y capaz, sin ningún tinte carca, con apariencia muy agradable, "background" académico notable, sin manchas de opiniones sobre la guerra de Irak y por si fuera poco con la edad ideal para ocupar el cargo.

Una de las cosas que Aguirre no puede soportar es que otra mujer, más joven, guapa e inteligente que ella, que además ha estado bajo su tutela, de el salto y sea ahora la número dos del PP. Aguirre no lo confiesa, ni lo confesará nunca, porque la envidia es el único pecado que nadie acepta cometer. Nunca he conocido a nadie que se describiera a si mismo como envidioso.

Pero el nombramiento de Cospedal hizo mucho daño también en el PSOE. "Shoemaker" se despertó, revisó su gobierno (con minusculas) con intención de buscar entre sus féminas alguien que pudiera competir con Cospedal. En ese momento.......lloró como Boabdil.

Shoemaker, aunque limitado, se dió cuenta de que con Pepiño Blanco tenía poco que hacer. En ese momento, decidió prejubilar a Pepiño, con patada hacia arriba pero prejubilado, aunque aun no parece ser consciente. Vuelta a buscar entre sus mujeres...... Magdalena Alvarez, Trinidad Jimenez, etc. ¡No hay nadie! y regresa al llanto desconsolado.

Le ve la Vicepresidenta, hablan y están de acuerdo en que hay que reaccionar de algun modo. Necesitan una mujer joven y despierta. Teresa le susurra a Shoemaker el nombre de Leire Pajin y este lo abraza en un movimiento, como casi todos los suyos, poco pensado.

Pajin está más lejos de Cospedal que Pepiño Blanco y no hay marcha atrás.

La envidia precipitó una decisión incorrecta de ZP, una más.

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